Artículo publicado en la revista gratuita Feminova (nº4).
He querido hablar de las alianzas porque en ésta época, aprovechando la llegada del calor, se celebran muchas ceremonias de unión entre parejas, celebraciones en las que se suelen entregar las alianzas (la espera simboliza la unidad de materia) como símbolo de esa unión. Yo personalmente prefiero no llamarlas alianzas matrimoniales porque en el Diccionario de la Real Academia Española la palabra “matrimonio” todavía significa la unión entre dos personas de diferente sexo y por tanto discrimina a todas aquellas personas del mismo sexo que también decidan celebrar su unión con la entrega de las alianzas.
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Ante tanta diversidad de gustos y opiniones voy a darte algunas opciones por las que podrías decidirte:
– Si eres de las tradicionales, y te gusta la belleza clásica, hay una gran variedad de alianzas clásicas, de las “de toda la vida”.
Alianza de media caña, (redonda por encima, plana por debajo), caña entera (totalmente redondas), plana etc., son algunos ejemplos. También puedes decidir si la quieres más o menos ancha.
El acabado más clásico es el pulido (brillante) pero puedes darle un “toque” matizándola (aspecto mate/rayado) escogiendo también si quieres que el rayado quede más o menos marcado.
Y si quieres continuar con la tradición deberéis colocaros las alianzas en el dedo anular de la mano derecha según la tradición castellana o en la izquierda según la tradición catalana, europea y americana.
– Si buscas algo un poco diferente, opta por las alianzas tradicionales pero con texturas (relieves) que le den volumen y rugosidad. También puedes optar por las bicolores o tricolores (combinaciones de oro blanco, amarillo o rosado en la misma alianza) o las cuadradas.
– Si eres de las sensibles, decídete por las alianzas conceptuales, alianzas que te transmitan algún significado, algún mensaje que refuerce el concepto de la unión, que simbolicen la compenetración, la atracción o la complementariedad de la pareja. Por ejemplo, para simbolizar la complementariedad de la unión, podrías escoger dos alianzas que sean independientes y que estén diseñadas de manera que sean diferentes entre ellas pero que vistas juntas se aprecie que “encajan” y que por tanto se complementan.
También podrías decidirte por alianzas realizadas con materiales más atípicos (cuando se habla de alianzas), como la plata (puedes decirle a tu joyero que le dé un baño de “rodio” para que no se ponga “negra”), el titanio (normal, negro, plateado..), la madera, o incluso materiales mucho más alternativos como el hueso. Yo he visto alianzas de hueso y os aseguro que son únicas.
– Pero si lo tuyo no son los formalismos, regalaos la joya que más os apetezca, no tiene por qué ser una alianza, puede ser un colgante, o una pulsera .. una joya que signifique algo para vosotros, incluso no tenéis por qué organizar una ceremonia para entregárosla, os la podéis regalar un día que sea significativo en vuestra relación, ¿o por qué no? un día cualquiera, porque cualquier día puede ser un buen momento para hacer cosas agradables como regalarse joyas.. díselo con una joya!
– Y por último si no tienes pareja o la tienes pero piensas que no necesitas llevar una alianza que explicite vuestro compromiso ya que crees que el compromiso “se lleva por dentro”, puedes auto-regalarte esa joya que tienes en mente, sin motivo alguno, porque sí.
Decidas lo que decidas estará bien, lo importante es que te sientas a gusto en una ocasión como ésta llevando algo que se adapte a tu personalidad. Con ceremonia, sin ceremonia o sola, sobre todo, ¡disfruta del momento!.
Artículo publicado en la revista gratuita Feminova (nº 3)
UNA JOYA PARA CADA MOMENTO Y UN MOMENTO PARA CADA JOYA.
Las joyas transmiten mensajes referentes a su dueña/o, se comunican a través de su misterioso lenguaje. Las joyas expresan tu estado de ánimo, nos hablan de tu personalidad, de la circunstancia en la que te encuentras, de tu estado civil, de tu status social y de otras muchas cosas. Es la unión de los pequeños detalles lo que nos identifica y una joya es uno de esos detalles, por eso es importante que les prestes un poco de tu atención a esos “pequeños objetos” ya que, no lo dudes, los demás se fijan consciente e inconscientemente en las joyas que llevamos.
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Tradicionalmente sólo los ricos podían acceder a las joyas, reflejando así su status social elevado. Actualmente, al haberse ampliado el concepto de joya, eso ha cambiado, y mucho. Ahora todos podemos llevar una pieza de joyería, tengamos el bolsillo grande o no. Evidentemente siguen existiendo y existirán las joyas de lujo a las que muchos de nosotros, por los motivos que sean, no accederemos de manera habitual, pero lo que me gustaría recalcar es que el lujo y la clase no se transmiten únicamente poniéndote una joya cara, hay muchas otras formas de hacerlo, ¡lo importante es que puedes elegir!, solo tienes que tener ganas de expresar tu “lujo interior”.
Espero que éste artículo te haya servido de reflexión y que te haya animado aún más a integrar la joyería en tu vida. Te invito a que en próximos artículos aprendas a combinar las joyas con tu vestuario y complementos, a que conozcas los diferentes estilos de joyería que existen, a que sepas como conservarlas y limpiarlas, a que descubras dónde encontrarlas, a que aprendas a distinguir los materiales que componen una joya y a otras muchas cosas..
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